La verdad es que he abusado de pensamiento, palabra y acción.
He pensado tanto en ti que a veces este silencio
no es sino una repetición de tu nombre
Y mi corazón no es sino una bandera blanca
que pide que el fuego cese
y te busca en el final de la batalla
como se busca a la muerte.
Y tú y tus otras tús no son sino las navajas
del hielo que corta mis manos que intentan no escribir de ti
que ya no resisten y de pronto se aparecen en la piel de otra
y la confunden con la tuya
Argumento por ignorancia claro esta
Y le hablan a otra al oído
suplicando que seas tu
Y le dicen a la misma que el tiempo no ha sido el mismo
intentando que seas tú
Y las manos hablan, cantan, viajan por la guitarra
suplicando que seas tú quien la escucha
Y los labios trepan, muerden y sollozan
y no entienden porque no eres tú quien los besa.
Claro que esto es lo que queda de uno
cuando al besar se piensa
y cuando se le permite al corazón gobernar a la cabeza
Y se siente soledad
y el desangrar de la herida
y el silencio de tus labios
y el jamás llamarte mía
y se me muere la noche
con una mujer distinta
a la que arrulla mis sueños
a la que encuentro en las sombras
pero que busco de día.

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