«¿Por qué no dejas nunca de hablar de mis pasados errores?», le preguntó el marido a su mujer. «Yo pensaba que habías perdonado y olvidado».
«Y es cierto. He perdonado y olvidado», respondió la mujer. «Pero quiero estar segura de que tú no olvides que yo he perdonado y olvidado».

Un diálogo:
El discípulo: «;No te acuerdes de mis pecados, Señor!».
El Señor.: «¿Pecados? ¿Qué pecados? Como tú no me los recuerdes… Yo los he olvidado hace siglos».

¿Realmente perdonamos?

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

You May Also Like

El anciano y la vela

Un anciano, en su lecho de muerte, llamó a sus tres hijos…

El pescador y la botella magica

Un pescador encontró entre sus redes una botella de cobre con el…

LA IMPORTANCIA DEL GATO EN LA MEDITACIÓN

LA IMPORTANCIA DEL GATO EN LA MEDITACIÓN ¿Por qué usamos corbata? ¿Por…

La comprensión

Comprende que lo que ves en otros es aquello que tú mismo…