HOLA: ME GUSTARIA ME ACOMPAÑARAS A VISITAR ESTE MUSEO
Ponte en una posición cómoda y haz contacto con tu respiración. Date cuenta de cómo respiras. No tienes que modificar nada, sólo darte cuenta de si lo haces lenta o agitadamente, profunda o ligeramente.
Ahora vas a imaginar que vas de visita a un museo… Imagina que estás afuera, frente a la entrada de un edificio grande e importante.
Fíjate bien en la fachada, pues ahí vas a encontrar un letrero que dice MUSEO DE LA INFELICIDAD…Y te das cuenta de que ahí adentro hay una exposición especialmente montada para ti.
Entra en el museo…
Es un sitio obscuro y frío.
Escuchas una voz que te da la bienvenida diciendo “Ya que la felicidad me es negada y nadie actúa de acuerdo a mi voluntad, yo no puedo ser feliz. Entonces voy a gozar al máximo de la infelicidad y haré muchos esfuerzos para provocarme la mayor cantidad posible”.
Y mientras escuchas, alcanzas a darte cuenta de que esa voz, aunque no la quieras reconocer, es tuya y pertenece a una parte de ti que goza con tu auto destrucción y con tus penas.
Y como muestra, están las piezas y obras expuestas en el museo:
Te llama la atención un cuadro que se llama “Como el mundo no satisface automáticamente todos mis caprichos, los voy a castigar y jamás seré feliz” El título te suena un poco ridículo, tal vez. O tal vez logres identificarte con él. Lo que sí, cuando ves el cuadro a detalle te das cuenta de que es un retrato tuyo.
Y ahí están, en un rincón del lienzo, hechos bola y aplastados, algunos de tus sueños más hermosos.
Comienzas a recordar cómo fue que te diste por vencid@ y decidiste no seguir estudiando… o no aceptar ese trabajo tan prometedor… o le dijiste no a esa relación especial… o te dejaste ganar por la adversidad sin siquiera luchar un poco…
Recuerdas, una a una, todas las cosas a las que renunciaste y cómo te fuiste alejando de la felicidad.
Tal vez estés pensando “Un momento. Yo he hecho muchas cosas para ser feliz. No es cierto que yo deseo la infelicidad” Y tienes razón. Ése es tu deseo consciente… y es posible que te cueste admitir que por allí, muy adentro de ti, hay una partecita pequeña pero poderosa que creyó que la felicidad sólo se podía obtener a través de la admiración ciega, el amor sin restricciones y la aprobación absoluta de los demás. Pero esa parte existe y, en su honor, se ha organizado esta exposición que ahora visitas.
Ahora te detienes a ver una escultura. Es grande, pesada y fea. Oscura. Su nombre es “Placer negativo”. Está fabricada con cada una de las veces que de manera deliberada has lastimado a otras personas a través de indirectas o juicios. Alcanzas a reconocer algunas mentiras que has dicho, quizás un par de chantajes sentimentales que aplicaste para salirte con la tuya. También puedes ver las veces que te callaste una bella palabra que pudo poner fin a un conflicto. Ves orgullo, voluntarismo y miedo en esta escultura y sabes que, si bien sus componentes han podido hacerte sentir gozo, éste no es otra cosa que placer negativo.
En este momento puedes, si lo deseas, hacer el compromiso interno de observarte internamente para alejar las actitudes negativas que te separan de ser feliz, de estar atent@ a tu deseo secreto de ser desdichad@ para que el mundo se dé cuenta de cuánto daño te hace y tenga lástima de ti. Te puedes comprometer contigo en este momento, sólo si te sientes list@ para hacerlo.
Miras rápidamente algunas otras obras expuestas en el museo. No las describiré, pues sólo tú sabes cómo son y de qué están hechas. Todas son tuyas y tiene que ver con infelicidad auto provocada.
Caminas hacia una última sala del museo. Es la Sala de la culpa y la vergüenza. Estos sentimientos fueron creados por ti cada vez que te provocaste infortunio y miseria. Así iniciaste tu colección de Infelicidad, ésta que acabas de ver en el museo.
¿Cómo te sientes con la exposición que acabas de visitar?… ¿Qué te gustaría hacer con las obras de arte que viste?… ¿Quieres seguir coleccionando desventura, dolor y fracasos?… ¿O prefieres demoler este edificio y comenzar a construir otro, cimentado en la auto aceptación, en la comprensión de que no puedes manipular la vida ni a los demás y en tu derecho irrestricto a ser tan feliz como quieras?
Inhala y exhala tres veces profundamente. Lentamente ve regresando aquí y ahora a este espacio y, si quieres, toma unos minutos para escribir un registro de lo que pudiste vivenciar con este ejercicio
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