Cuentan que una vez salió una expedición de amigos dispuestos a dar la vuelta al mundo en globo. Partieron ilusionados, compartiendo junto a la aventura de su hazaña, sueños y esperanzas, anhelos de ayuda, de conquista y libertad.
Para poder ayudarse mejor, decidieron emprender el viaje juntos, pero repartidos en dos globos.
Llegó la hora de emprender el tan esperado viaje. Los dos globos iniciaron su ascenso… Pero uno de ellos se vio atrapado en un cúmulo de nubes a 2000 metros de altura, nubes tan espesas y extensas que el globo se empezó a cubrir de escarcha. Esto hacía que perdiera altura rápidamente y la única forma de salir de allí era poder remontar por encima de las nubes, para que el Sol deshiciera la escarcha y así el otro globo les asistiera y ayudara. Pero descendían rápidamente, y para perder el peso necesario, comenzaron a tirar por la borda todo lo que llevaban encima y que veían que era lo que más pesaba… las cámaras de vídeo, el equipo, comida, la ropa e incluso los libros… hasta que finalmente se quedaron sólo con lo que llevaban puesto… y con su fe y oración.
Al ser aligerado de peso, el globo comenzó poco a poco a subir, traspasó las espesas nubes hasta que los rayos del Sol empezaron a derretir el hielo que lo cubría y pudieron ser ayudados por los compañeros del otro globo, y así continuar su feliz viaje.
Que nos dice esta historia?…
Muchas veces a lo largo de nuestra vida sentimos que nos venimos abajo, y que cada vez hay más peso que nos lleva hacia el abismo.
Nos llenamos de «escarcha» como el globo de la historia, nos creamos problemas interiores, muchas veces innecesarios, nos creamos una «escarcha» con malos entendidos, malas interpretaciones, mala convivencia con los demás… y con nosotros mismos, con desánimos, frustraciones…
Y cuando ya vemos que ese abismo está cercano, cuando vemos el peligro y reflexionamos… nos damos cuenta que necesitamos del calor, bien sea de la amistad, del cariño, o simplemente de los rayos del Sol para que nos deshagan la «escarcha» acumulada y podamos remontar y subir hacia arriba.
Todas las cosas negativas vividas en nuestro interior no nos dejan crecer como personas, nos hunden y hacen que descendamos al vacío en lugar de subir y crecer.
Deshagamos o echemos por la borda todas las cosas negativas acumuladas, toda la «escarcha», todo lo que no nos deja crecer y subamos al límpido cielo, y gocemos con toda integridad de toda la armonía necesaria para poder vivir la vida con total plenitud.
Qué debería yo «tirar» de mi interior?
Qué me hace llevar sobrepeso?
De qué cosas estoy dispuesto yo a despojarme, a desprenderme para poder remontar el vuelo y subir hasta lo alto?
Qué cosas son las que no me dejan crecer como persona?
Qué cosas son las que no me dejan ver el Sol?…
Cuanta «escarcha» llevo encima, y de qué cosas está formada?
Necesito yo del calor… que me ayude a deshacer mi «escarcha»?
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