Cuando usas el poder, debes tener profundo respeto y amor por los demás y por la totalidad de la existencia. No interfieras con la vida de la otra persona desde tus ideas intelectuales.Si tienes poder, no manipules a los demás, úsalo creativamente. Ramakrishna tenía un discípulo, Vivekananda, y había en el ashram un hombre muy sencillo e inocente, cuyo nombre era Kalu.

Kalu había convertido su habitación en un templo. En la India, cualquier piedra puede convertirse en un dios, de modo que Kalu poseía trescientos dioses en su pequeña habitación. Vivekananda siempre le decía: `Arroja a esos dioses al Ganges. Esto es una tontería, el dios está dentro`. Pero Kalu decía: `Amo a estas piedras. Son hermosas. Me las ha dado el Ganges. ¿Cómo voy a arrojarlas nuevamente ahora?. No, no puedo`. El día en que Vivekananda alcanzó su primer satori, con la primera ola de poder, tuvo la idea… sólo para divertirse proyectó una idea dentro de la mente de Kalu: `Kalu, lleva ahora a todos tus dioses y arrójalos al Ganges`. Ramakrishna se hallaba sentado afuera. Vio todo este juego. Debe haber visto cómo se proyectaba el pensamiento, pero esperó. Entonces salió Kalu con un gran atado; llevaba a todos los dioses en un enorme bolso. Ramakrishna lo detuvo y le dijo: `Espera, ¿adonde te diriges?`. Kalu respondió: `Se me ha ocurrido la idea que esto es estúpido. Arrojaré todos los dioses al río`. Dijo Ramakrishna: `Espera`. Y llamó a Vivekananda. Ramakrishna le gritó muy enojado: `¿Es ésta tu manera de usar tu poder?`. Y le dijo a Kalu: `Ve a tu habitación, vuelve a colocar a tus dioses en sus lugares. Esta idea no es tuya, es de Vivekananda`. Kalu admitió que el pensamiento le había resultado extraño, como si le hubiera poseído, como si lo hubiera golpeado desde afuera`. Ramakrishna estaba tan enojado con Vivekananda que le dijo: `Ahora yo guardaré tu llave. No tendrás más satoris… sólo recibirás esta llave tres días antes que mueras. Y así es como sucedió. Durante años lloró y lloró, pero no pudo tener otro satori. Lo intentó mucho. Cuando Ramakrishna agonizaba él le dijo: `Devuélveme la llave`. Pero Ramakrishna respondió: `No, porque pareces peligroso. Semejante poder no puede usarse de esa manera. Espera. Todavía no eres suficientemente puro. Continúa llorando y meditando`. Y exactamente tres días antes de que Vivekananda muriera tuvo otro satori. Supo entonces que había llegado el momento de su muerte. Los Sufis: El Pueblo del Sendero

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