Este pájaro gusta de la soledad y vive siempre a orillas y sobre el mar. Se dice que para huir de los hombres que le dan caza, hace su nido en las rocas de la orilla.

Un día un martín pescador que iba a poner sus huevos se subió a un montículo, y divisando un peñasco erguido dentro del mar, hizo en él su nido.

Al otro día, cuando salió en busca de comida, se levantó el mar por una borrasca, alcanzó el nido y ahogó a los pajarillos. Al regresar el martín pescador y ver lo sucedido, exclamó:

—¡Desdichado de mí, huyendo de los peligros conocidos de la tierra, me refugié dentro del mar y me fue peor!

Moraleja: Si tienes que adentrarte en lo desconocido, ten en cuenta la llegada de sorpresas agradables y desagradables.

Nunca te confíes a ciegas de lo que no conoces. En terrenos nuevos, anda con paso sereno y ojos bien abiertos.

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