Dar Ahora es el tiempo de abrirse, de dejar de ser mezquino, de dar lo mejor que tú puedas y lo mejor que tú tienes, de desparramar la abundancia de tu amor, de tu corazón.
¿Te acuerdas de María Magdalena? Me parece a mí que ella fue la única verdadera seguidora de Jesús. Su autenticidad era inmensa. Un día vino y volcó sobre los pies de Jesús un perfume muy, muy valioso. Judas estaba allí y no perdió la oportunidad. Dijo: `Mira, deberías haberla prevenido. Esto es un desperdicio. El aceite era tan valioso… podría haberse vendido. La gente muere de hambre, y este perfume es tan caro ¿por qué desperdiciarlo?`. Parece lógico, pero ¿qué dice Jesús?. Lo que Jesús dice es muy ilógico. Dice: `Los pobres siempre estarán allí; cuando yo no esté, puedes encargarte de ellos. Tú no entiendes el corazón de esta mujer. Déjala que vuelque el perfume, caro o no caro, eso es irrelevante. Puedo ver un gran sentimiento emergiendo de su corazón. Esto es una oración… No puedo perturbar su oración`. Jesús comprendió que María Magdalena poseía una gran belleza en su corazón. Jesús no está contemplando el perfume, está contemplando el corazón de la mujer. Zen: El Camino de la Paradoja
Vol. 3, pp. 312 La Sabiduría de las Arenas
Vol. 1, pp. 265-266
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