Abandono del conocimiento Estás preparado para abandonar la falsedad, para abandonar el conocimiento prestado e ingresar en tu sabiduría, en tu propia comprensión. Naropa era un gran estudioso, un gran erudito. Este relato sucedió antes que él se iluminara. Se cuenta que era el vice-canciller de una gran universidad, con diez mil discípulos propios. Un día se encontraba sentado, rodeado por sus discípulos. En torno de él se hallaban desparramados miles de textos sagrados, muy antiguos y raros. De pronto se quedó dormido y tuvo una visión. Es tan significativa que llamarla un sueño no sería justo, fue una visión. Vio a una anciana, horrible y fea. Era tal su fealdad que Naropa comenzó a temblar en su sueño… Ella le preguntó: `Naropa, ¿qué haces?`. El dijo: `Estoy estudiando`. `Qué estás estudiando?`, preguntó la anciana. El dijo: `Filosofía, religión, epistemología, lengua, lógica…` La anciana le preguntó: `¿Las entiendes?` Naropa dijo: `…Sí, las entiendo`. La anciana preguntó nuevamente: `¿Entiendes las palabras o el sentido?` y sus ojos eran tan penetrantes que era imposible mentirle… delante de sus ojos Naropa se sentí totalmente desnudo, transparente… Dijo: `Entiendo las palabras`. La mujer comenzó a bailar y a reir… y su fealdad se transformó. Una belleza sutil comenzó a surgir de su ser. Naropa pensó: `La he hecho tan feliz, ¿por qué no hacerla un poco más feliz?` Entonces añadió: `Sí, y también entiendo el sentido`. La mujer dejó de reir, dejó de bailar. Comenzó a lamentarse y a llorar y toda su fealdad volvió a aparecer, mil veces peor. Naropa preguntó: `¿Por qué? La mujer dijo: `Estaba contenta porque un gran estudioso como tú no mentía. Pero ahora lloro porque me has mentido. Sé, y tú sabes, que no entiendes el sentido`. La visión desapareció y Naropa se transformó. Abandonó la universidad, nunca más tocó un texto sagrado en toda su vida. Entendió… Un hombre de sabiduría, un hombre de entendimiento, tiene una frescura que lo rodea, una vida fragante, totalmente distinta a la de un erudito, a la de un hombre de conocimiento. El que entiende el sentido se vuelve hermoso, el que sólo entiende las palabras se vuelve feo. Y la mujer era sólo una proyección del interior de Naropa, de su propio ser, que se volvía feo por el conocimiento. Naropa comenzó su búsqueda. Los textos sagrados ya no sirven, ahora se necesita un Maestro vivo. Yoga: El Alfa y El Omega
Vol. 5, pp. 51-53
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