Había una mujer que siempre se quejaba con su esposo porque éste no le daba la atención que ella pedía. El esposo veía futbol cuando ella le pedía salir al cine, o él quería dormir cuando ella deseaba bailar. Ante esta situación la mujer pensó en cambiar de esposo. Entonces buscó entre sus amigas otro esposo. Una amiga le dijo que su esposo no tenia manos para acariciar, la otra dijo que su esposo no tenia boca para besar, y otra dijo que no tenia… algo para amar. Entonces la mujer reflexionó y se dio cuenta que no cambiaría al esposo. Cerró los ojos y dijo “qué es aquello que no veo en mi esposo?”. En ese momento el esposo se acercó con una taza de café y la colocó frente a ella. A partir de ese momento ella recordó el profundo amor que siente por él