Aprender a perdonarse, es esencial para aprender a aceptarse, aceptar que nada tiene que ver con una renuncia en la inevitable lucha que siempre acompaña a toda vida bien planteada, sino que es encontrar un equilibrio entre exigirse y comprenderse. Tal vez creemos que perdonarse a sí mismo no es digno de consideración, porque pensamos que debemos mantenernos en un estado de constante recuerdo, no sea que se nos olvide, o tal vez que hay un precio, alguna forma de penitencia de por vida que debemos pagar.
Es un hecho conocido que la persona herida hiere a otra persona. Mientras más evadimos el perdonarnos a nosotros mismos, abrigamos sentimientos de que merecemos sufrir por lo que hicimos, más explosivos nos volveremos, y por consiguiente, más aptos para herir a otros.
La realidad es no podemos cambiar lo que pasó. No podemos restaurar vidas, no se puede dar marcha ataras o regresar el tiempo. Sin embargo, podemos hacer una diferencia en las vidas de otros. Podemos devolver algo que hayamos tomado, encontrando un lugar diferente para invertir el tiempo y la compasión.
Sabemos que perdonar es difícil y quizá para algunos sea especialmente difícil perdonarse a uno mismo. Posiblemente estemos tristes porque no perdonamos nuestros fracasos, nuestros errores, parece que nos empeñamos en mantener abiertas nuestras heridas, nos ponemos cadenas, vivimos en prisiones en las que nos encerramos voluntariamente, ya que cargamos con una responsabilidad que no, nos corresponde, por un fracaso que no es nuestro, al menos en su totalidad.
La falta de perdón para uno mismo suele generar tristeza, y una y otra tienen su origen en el orgullo.
Y así como el orgullo del que es simplemente vanidoso, o de quien está pagado de sí mismo, es el más corriente y menos peligroso; en cambio, pasarse la vida dando vueltas a los propios errores suele ser señal de un orgullo más refinado y destructivo.
Es necesario aprender a aceptarse serenamente. Conociéndose es fácil saber cómo hacer frente a esos desánimos, que acompañan a los propios errores y fracasos, conviene pensar en las razones que los producen y reflexionar objectivamente sobre nuestra vida
El pasado no puede cambiarse, pero si se puede cambiar la percepción que tenemos sobre el pasado. Perdonarse es un paso necesario para poder avanzar y dejar atrás el pasado. Lo mismo ocurre con nuestros pensamientos hacia los demás. Mantener durante varios años rencor hacia ciertas personas por situaciones del pasado, sólo limita nuestra posibilidad de crecer.
Es importante aprender de nuestros errores pero no es nada bueno obsesionarnos con ellos y traerlos continuamente al presente.
3 comments
Y como le hago??? x donde empiezo??? sera acaso q una actitud de complaciente ante los demas, de servicio y siempre querer ayudar a la gente es un buen comienzo???
Mientras más evadimos el perdonarnos a nosotros mismos, abrigamos sentimientos de que merecemos sufrir por lo que hicimos, más explosivos nos volveremos, y por consiguiente, más aptos para herir a otros.
el perdon no es un regalo para los otros es para uno mismo es dejar de atarnos a situaciones y personas, es dificil? si claro porque aceptar las equivocaciones como que no es tan facil, perdonar si nos da creemelo una ligeresa en la vida, perdonar a los que nos dañaron? de todo se aprende que no, daña calro que daña en el momento pero pues gracias a eso despues de todo nos comvertimos en mejores seres humanos.
gracias por tus comentarios por cierto creo k la vez pasada te vi en la fes, yo iba como siempre de negro me verias? bueno bye