Alerta
Si estás alerta, si tus acciones son cada vez más conscientes, hagas lo que hagas, no lo harás en estado de somnolencia. Todos los esfuerzos de la sociedad van encaminados a volverte automático: a hacer de ti un autómata y convertirte en un perfecto mecanismo eficiente.
Cuando empiezas a aprender a conducir estás alerta pero no eres eficiente, porque la alerta consume energía y tienes que estar alerta a muchas cosas: las marchas, el volante, el freno, el acelerador y el embrague. Hay tantas cosas a las que tienes que estar atento que no puedes ser eficiente; no puedes ir deprisa. Pero más adelante, cuando te vuelves eficiente, no necesitas ser consciente. Puedes ir tarareando una canción, reflexionando o resolviendo un acertijo mientras el coche circula solo. El cuerpo lo asume automáticamente. Eres más eficiente cuanto más automático te vuelves.
La sociedad necesita eficiencia, por eso te hace cada vez más automático: hagas lo que hagas, sé automático. La sociedad no se preocupa de tu conciencia; tu conciencia es un problema para la sociedad. Se te exige que seas más eficiente y más productivo. Las máquinas son más productivas que tú. La sociedad no te necesita como hombre sino como dispositivo mecánico, por eso te hace más eficiente y menos consciente. En eso consiste la automatización. Así es como te engaña la sociedad. Te vuelves más eficiente, pero tu alma está perdida.
Si puedes entenderme: todo el esfuerzo de las técnicas de meditación tiene que ir encaminado a desautomatizarte, a ponerte de nuevo alerta y a convertirte otra vez en un hombre, no en una máquina.
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