El enamoramiento es una etapa muy conocida y sus características casi todos hemos oído hablar de ellas. Es cuando se dan los primeros acercamientos con la persona amada o deseada, son las mariposas en el estomago, el nerviosismo de los primeros encuentros, la ansiedad por ya estar con la persona, el nerviosismo por escuchar su voz, etc.
Existen investigadores que nos dicen que el amor es como “una enfermedad de la atención”. Hace que la persona sea dispersa y que se mueva de un lado a otro, y que a partir de un determinado momento se dirige en un sentido determinado con el cuerpo, la cabeza y los sentimientos; esto es, con el sexo, las intenciones y el amor hacia una persona que consideramos en extremo especial.
En la etapa de enamoramiento se idealiza a la persona, se pone en ella todo lo bueno, lo grande, noble y hermoso que el ser humano es capaz de concebir. Solo que, esto no es del todo real es solo producto de esa etapa, en la cual siempre hay un gran entusiasmo y una desbordada admiración y esperanza por esa persona especial, por eso pensamos que en la relación encontraremos todo, que la persona amada será capaz de hacernos felices casi mágicamente; es la etapa donde hay expresiones que dicen “es que yo la (o) amo demasiado”, “es la persona mas maravillosa”, “ahora lo tengo todo”, “ahora voy a ser feliz”, “por fin encontré a la persona indicada”, etc.
Es tanta la ilusión que nos llenamos de entusiasmo y ponemos como centro de nuestras vidas a esa persona y empezamos a “amar con los ojos cerrados”. Erich Fromm en su libro “El arte de amar” describe el amor como la principal respuesta a la existencia humana, y llega a afirmar que cualquier teoría del amor debe comenzar con una teoría sobre el hombre mismo, porque amar es abandonar la prisión de la soledad.
Por todo lo expresado se puede afirmar como lo hacia Ovidio (poeta lírico) en el siglo I antes de Cristo, “Todo amor grande encierra una pasión por lo absoluto”, esto se afirma para que el amor sea duradero y no como un acto pasajero como ahora se presenta en muchos de los casos, cuando se inicia una relación, ya que hoy día es fácil iniciar una relación, pero es una tarea casi imposible mantenerla por largo tiempo; actualmente se puede afirmar que el amor es algo relativo.
Por el nuevo esquema de vida se han modificado el tipo de relaciones que se pueden establecer, ya que ahora cualquiera esta sujeto a llevar una relación superficial y centrada en la sexualidad, y en muchas ocasiones esto se intenta disfrazar como una relación basada en el amor. Y la verdad es que hay que tener valor para llamar a las cosas por su nombre, el sexo no necesariamente es amor, el sexo se relaciona más con el concepto de placer.
Esto no quiere decir que no se puede tener sexo con amor, la verdad es que se puede tener sexo con o sin amor.
Podemos asegurar que a medida que la sociedad ha ido evolucionando, las relaciones entre las personas se han ido erotizando socialmente, ya que ahora hay mucho mas información sobre la sexualidad y eso a modificado en mucho el comportamiento sexual, ahora son mas fáciles, incluso las relaciones sexuales se pueden encontrar de manera esporádica, en un antro, a través de un free con una compañera de escuela o trabajo y en las relaciones sexuales la variedad es mucho mas amplia en términos generales, las personas son mas abiertas a experimentar posiciones, carias y técnicas sexuales que antes no se permitían realizar con tanta libertad.
Solo que el cambio de actitudes y costumbres de la sociedad en general, también se ha manifestado en cambios a nivel de los conceptos del amor.
En los cambios de actitudes con respecto a la sexualidad y el amor, hay factores que han influenciado directamente para el cambio, y los más notorios son: el cine, la televisión y sobre todo la Internet
Incluso el sexo ha penetrado literalmente el concepto de la amistad, ya que se puede y se vale relacionarse sexualmente con los amigos, solo es necesario que el concepto del amor no se mezcle, sino, la amistad saldrá sobrando.
El amor requiere de otro tipo de componentes no solo lo sexual; como son los objetivos comunes a futuro, ya que uno de los ingredientes principales que te pueden mostrar el amor es el tener un horizonte de vida con la persona a largo plazo, pero esto no es de dientes para afuera, es un verdadero acto de convicción.
El amor es un estado psicológico y emocional ligado al cuerpo, que mueve toda la energía de vida en pos de una persona en especial; claro cuando hablamos del amor de pareja.
Es importante subrayar que es fácil enamorarse, quedarse deslumbrado ante alguien, pero muy difícil mantenerse enamorado, sobre todo con los valores afectivos vigentes, de los que hemos enunciado algunos en los párrafos anteriores.
El enamoramiento dura tan sólo tres meses porque el cuerpo no resiste tanta carga de un neurotransmisor llamado feniletilamina, sustancia que descarga el cerebro y que es la culpable de que no veamos nada más allá de nuestro príncipe en cuestión. Esto se asocia a las investigaciones de los médicos Donald F. Klein y Michael Lebowitz, del Instituto Psiquiátrico del Estado de Nueva York (Estados Unidos) que postularon que su producción en el cerebro puede desencadenarse por eventos tan simples como un intercambio de miradas, un roce o un apretón de manos, sugiriendo además que el cerebro de una persona enamorada contiene grandes cantidades de feniletilamina y que esta sustancia podría ser la responsable, en gran medida, por las sensaciones y modificaciones fisiológicas que experimentamos cuando ocurre el enamoramiento como vigilia, excitación, taquicardia, enrojecimiento, e insomnio. Parece ser además un precursor de la dopamina que es la sustancia responsable de las sensaciones del amor romántico según la teoría de la Dra Helen Fisher.
Después de esos tres meses la descarga de un feniletilamina baja y la persona que percibíamos como “súper”, resulta ser solo una persona común y corriente; pero si nos compaginamos la relación continúa con posibilidades de convertirse en amor.
Si es así, el noviazgo termina en matrimonio o viviendo juntos y la pasión se desata en los próximos diez años y fin del cuento. Es decir, el matrimonio en el periodo de esos años tiene grandes posibilidades de terminar, por los problemas que conlleva vivir con otra persona, que tiene otra historia de vida, otros valores, otros principios, otros traumas, otras costumbres, otros gustos, etc., y por la incapacidad para enfrentar esos problemas, nos enfrentaremos al fracaso.
Es importante destacar que en México los matrimonios y los divorcios se están comportando de manera inversa (cifras del INEGI); el promedio de matrimonios estas bajando, mientras que el numero de divorcios en promedio esta aumentando. En el país durante el año 2005, se registraron 595 mil 713 matrimonios y 70 mil 184 divorcios; con respecto a 2004, los primeros disminuyeron (0.8%) y los segundos presentan una tendencia en aumento (3.9%).
En el ámbito nacional, la edad promedio al momento de contraer matrimonio en los hombres fue de 27.8 años por 25 de las mujeres.En el año 2005, la tasa bruta de nupcialidad (matrimonios por mil habitantes) en el país fue de 5.7. En el año, de cada 100 personas que se casaron, 75.3% eran jóvenes (15 a 29 años). Asimismo, el número de matrimonios entre personas jóvenes fue de 399 mil 868, es decir, 67 de cada 100 enlaces.En 2005, por cada 100 enlaces realizados en el país hubo 11.8 divorcios; en el año 2000 fue de 7.4 y en 1970 de 3.2. En el país, la edad promedio de los hombres al momento de divorciarse es de 37.3 años y de las mujeres de 34.7 años.
De las parejas casadas que se divorciaron en 2005, casi la mitad tuvo un matrimonio con una duración social de 10 años o más (48.6%), seguida de quienes estuvieron casados cinco años o menos (32.3%).
Fuente: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA, GEOGRAFÍA E INFORMÁTICA; Información sobre Matrimonios y Divorcios México, D.F., a 14 de febrero de 2007.
En algunos casos, la llegada de los hijos puede alargar un poco más la vida de los matrimonios en crisis, pero una vez que se desato la guerra de marido y mujer, tarde o temprano el matrimonio se acaba.
En caso contrario, si la pasión no termina se asienta, pero si la pareja se ha encargado y preocupado por mantener, además de la pasión, el compañerismo, actividades en común, sueños mutuos, aspiraciones compartidas, las ganas de complacer al otro, ¡claro que puede durar «hasta que la muerte los separe»!.
Al pasar de los años el arraigo, la seguridad en el compañero, la fidelidad, el saber que uno tiene al otro, la honestidad, los compromisos juntos, el estilo de vida; son los factores que garantizan que estos matrimonios no terminan tan fácilmente.
En contraparte al matrimonio o la vida juntos, se ha puesto de moda una fórmula intermedia, que evade el compromiso y salva el posible fracaso en este terreno: el concepto de “pareja” como unión afectiva descomprometida, transitoria, que dura mientras la relación funciona, y que si se rompe, no sucede nada.
En eso se inscribe un mecanismo habitual hoy en este aspecto: la falta de dramatización en todos los órdenes. Es la mejor manera de sortear las dificultades… aunque, a la larga, la vida pierde sabor, contenido y, por supuesto, coherencia.
Existen parejas que hoy en día se unen con el compromiso de no tener hijos, sino de unir dos ingresos para vivir mejor, ya que se considera que de esta forma se puede estar en una posición económica mejor y con mayor poder económico al no procrear hijos.Estos son simples ejemplos de los cambios que ha sufrido el concepto del “amor” en la sociedad moderna. De ninguna manera representa una situación criticable, son nuevos conceptos de vida a los cuales poco a poco nos vamos a ir acostumbrando.
Pero y ¿que mas pasa en las relaciones comprometidas con una vida y convivencia juntos?, lo que pasa es “EL DRAMA DE LA CONVIVENCIA”. A partir de que la pareja empieza a vivir juntos, van a pasar una serie de factores que muchas veces son problemáticos. Las diferencias entre ambos, por la educación, los valores, las creencias, en fin son dos seres psicológica y emocionalmente diferentes. Si no existe claridad de ideas, se puede caer en la trampa de decir que uno se ha desenamorado y lo que realmente sucede es que, como en todas las parejas, la relación pone a prueba a los dos, cuando pasa el tiempo y la convivencia deja al descubierto lo que somos cada uno, ya que repito, somos totalmente diferentes.
En la vida diría, en lo cotidiano se irán probando las parejas para ver si realmente logran niveles de compatibilidad, entendimiento, comunicación, empatía, comprensión, ganas de complacer, etc., que son factores que unirán a la pareja cada día. Por el contrario, cuando aparece la incompatibilidad, la incomprensión, la mala comunicación, el desamor, la rutina, el fastidio, el estrés, etc.……, la pareja ira a pique irremediablemente; porque la convivencia en la vida diaria es la prueba de fuego para una relación.
En la convivencia se darán el compartir, participar en la vida ajena y hacer partícipe al otro de la vida propia. La convivencia es una prueba complicada en la que demostramos muchas cosas de nuestra personalidad.
Es importante decir que la vida actual presenta mucho desequilibrio e inestabilidad en todos los sentidos, por lo cual, las relaciones de pareja se ven también influenciadas por esta forma de vivir. Una primera definición de la inestabilidad y desequilibrio se da por la presión en que se vive, ya que las personas ahora tenemos que trabajar mas de diez horas diarias, usar mas de 4 horas por día para trasportarse, generalmente hay presiones económicas, inestabilidad laboral, agresión social, etc. Son indicadores de la forma en que vivimos actualmente.
Lo importante es decirles que uno de los mejores consejos que les puedo dejar en este artículo es que la relación de pareja requiere de un trabajo cotidiano y de una comunicación efectiva.Cuando veas, sientas o escuches que tu relación ya no esta bien, es el mejor momento para visitar a un terapeuta de pareja, ya que si se inicia una terapia antes de que se arraiguen los problemas, es mucho más fácil superarlo.
QUE TENGAN UN LINDO INICIO DE SEMANA……… BRILLEN SIEMPRE 🙂
hola