El amor romántico es algo enfermizo
“O nuestros matrimonios son un compromiso sexual o responden a un amor romántico y pasajero.
En realidad, el amor romántico es algo enfermizo. Como no puedes amar a muchas personas, vas acumulando la capacidad de amar, que de repente se desborda. Entonces, siempre que encuentras a alguien y la oportunidad de estar con esa persona, se proyecta ese amor desbordado, de modo que una mujer normal y corriente se convierte en un auténtico ángel, y un hombre normal y corriente en un dios. Pero cuando el desbordamiento vuelve a su cauce y vuelves a ser normal, ves que has sido engañado. Él es un hombre normal y corriente, o ella una mujer normal y corriente.
Esta locura romántica surge de nuestra formación monógama. Si a una persona se le permite amar, jamás acumulará una tensión que pueda proyectar. Por eso, el amor romántico sólo es posible en una sociedad muy enferma. En una sociedad realmente sana no se dará el amor romántico. Amor sí, pero no romanticismo. Y si no se da el romanticismo, el matrimonio cristalizará en un nivel más profundo y nunca resultará frustrante. Y si el matrimonio no es sólo por amor sino por una unidad más íntima –por una relación “tú-yo” en la que ambos crezcamos no como “yoes” sino como “nosotros”– , se convertirá realmente en un aprendizaje para la ausencia del ego. Pero no sabemos nada sobre esa clase de matrimonio. Lo único que conocemos es la fealdad, rostros vivaces y todo muerto por dentro”.
Osho, El libro el sexo. Del sexo a la superconsciencia
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