Érase una vez un hombre honrado y su hijo un poco ingenuo. El hijo era muy honesto y muy respetuoso hacia su padre, siempre lo seguía por todas partes. Un día de verano, en la montaña cuando los dos dormían sobre la hierba del bosque, un mosquito fue a posarse sobre la cabeza del padre. El hijo se despertó. Era muy amable con su padre. Por eso cogió un bastón y golpeó al mosquito. El mosquito se fue volando, pero su padre se quedó muerto.

Se odia al enemigo. El enemigo huye y el padre muere. Esto es parecido a admirarse a sí mismo y hacer pedazos a los demás.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

You May Also Like

La hermosa sirvienta

Erase una vez un sultán, dueño de la fe y del mundo.…

Las cucharas

Dice una antigua leyenda china, que un discípulo preguntó al Maestro: –…

El accidente supremo

Sé auténtico en tu búsqueda; haz todo lo que puedas por ella.…

Nasrudín y el huevo

Cierta mañana Nasrudín envolvió un huevo en un pañuelo, se fue al…