El propietario del parque de atracciones hablaba de la ironía que suponía el hecho de que, mientras los niños lo pasaban en grande en su parque, él solía estar, por lo general, deprimido.

“¿Qué preferirías: ser propietario del parque o divertirte?”, le preguntó el Maestro. “Ambas cosas”.

El Maestro no dijo una palabra más.

Cuando, más tarde, le preguntaron a este respecto, el Maestro se limitó a citar las palabras que un vagabundo le había dirigido a un rico terrateniente: “Tú posees la propiedad. Otros disfrutan del paisaje”.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

You May Also Like

El televisor

Mientras oraba antes de acostarse, un niño pidió con devoción: “Señor, esta…

LA SOSPECHA TRANSFORMA A LOS HOMBRES

LA SOSPECHA TRANSFORMA A LOS HOMBRES El folclore alemán cuenta la historia…

Dientes de leon

Un hombre que se sentía orgullosísimo del césped de su jardín se…

El diamante

El sannyasi había llegado a las afueras de la aldea y acampó…