Sucedió que el mulá Nasruddin entró en la oficina de un ce­

menterio y se quejó al encargado:

-Sé que mi esposa está enterrada en este cementerio, pero no

encuentro su tumba.

El encargado consultó su registro y preguntó:

-¿Cómo se llama?

-Señora del mulá Nasruddin -dijo el mulá.

El encargado volvió a mirar y dijo:

-No hay ninguna señora del mulá Nasruddin, pero sí que hay

un mulá Nasruddin. Lo siento, parece que ha habido un error en el registro.

-No hay ningún error-dijo Nasruddin-. ¿Dónde está la tum­

ba del mulá Nasruddin? Porque todo está a mi nombre.

¡Incluso la tumba de su mujer!

Posesión… todos se empeñan en poseer al ser amado, al aman­te. Ya no hay amor. De hecho, cuando posees a una persona, odias, destruyes, matas; eres un asesino. El amor debería dar libertad; el amor es libertad. El amor hace al ser amado cada vez más libre, el amor da alas, el amor abre la inmensidad del cielo. No puede con­vertirse en una prisión, en un encierro. Pero ese amor tú no lo co­noces, porque solo se da cuando estás despierto; esa calidad de amor solo aparece cuando hay conciencia. El amor que tú conoces es un pecado, porque se genera en el sueño.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

You May Also Like

Lo tuyo y lo mío

Cuando la señora llegó a la estación, le informaron que su tren…

¿Qué pasaría si diera todo?

Alguna vez has pensado en todo lo que guardas lo que no…

La mujer perfecta

Nasrudín conversaba con sus amigos en la casa de té y les…

La farmacia de Nasrudin

Nasrudín estaba sin trabajo y preguntó a algunos amigos a qué profesión…