Keichu, el gran maestro Zen de Meiji, era director de una catedral en Kyoto. Un día el gobernador de Kyoto llegó por primera vez a visitarlo. Su asistente le llevó la tarjeta del gobernador que decía, “Kitagaki, Gobernador de Kyoto”. -No tengo ningún asunto con este señor -le dijo Keichu a su asistente-. Dígale que se vaya de aquí. El asistente regresó la tarjeta al gobernador con sus disculpas. -Fue mi error, -dijo el gobernador, y con un lápiz tachó las palabras Gobernador de Kyoto-. Solicítale a tu maestro de nuevo mi presencia -le dijo-. -¿Ah es Kitagaki? -exclamo el maestro cuando vio la tarjeta-, quiero verlo de inmediato.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

You May Also Like

El problema

Un gran maestro y un guardián compartían la administración de un monasterio…

La ranita sorda

Un grupo de ranas viajaba por el bosque, cuando de repente dos…

EL REY CICLOTÍMICO

Había una vez un rey muy poderoso que reinaba un país muy…

La búsqueda del sabio

LA BÚSQUEDA DEL SABIO El abad Abraham supo que cerca del monasterio…