Un padre y su hijo estaban caminando en las montañas. De repente, el hijo se cayó, lastimándose, y gritó:

– ¡Aaaaaayyyy!

Para su sorpresa, oyó una voz que repetía, en algún lugar de la montaña:

– ¡Aaaaaayyyy!

Con curiosidad, el niño gritó:

– ¿Quién está ahí?

Y recibió esta respuesta:

– ¿Quién está ahí?

Enojado, gritó:

– ¡Cobarde!

Y escuchó:

– ¡Cobarde!

El niño miró al padre y le preguntó:

– ¿Qué sucede, papá?

El hombre, sonriendo, le dijo:

– Hijo mío, presta atención -y gritó hacia la montaña-: ¡Te admiro!

Y la voz le respondió:

– ¡Te admiro!

De nuevo, el hombre gritó:

– ¡Eres un campeón!

Y la voz le respondió:

– ¡Eres un campeón!

El niño estaba asombrado, pero no entendía nada. Entonces el padre le explicó:

– La gente lo llama eco, pero en realidad es la vida. Te devuelve todo lo que dices o haces.

Nuestra vida es simplemente un reflejo de nuestras acciones. Si desea más amor en el mundo, cree más amor a su alrededor. Si anhela felicidad, dé felicidad a quienes lo rodean. Si quiere una sonrisa en el alma, dé una sonrisa al alma de las personas que conoce. Esto se aplica a todos los aspectos de la vida. Ella nos da de regreso exactamente lo que le hemos dado. Nuestra vida no es una coincidencia, sino un reflejo de nosotros mismos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

You May Also Like

Haz feliz a la humanidad OSHO

Las personas desgraciadas son peligrosas, por la simple razón de que no…

¿Sera que te quieren por lo que eres?

Cuenta una antigua historia que en el siglo XV vivió el monje…

¿Qué es el generadordeideas?

El generadordeideas es un espacio abierto para todo aquel que le guste…

El pintor

El monarca de un lejano reino de las montañas llamó al mejor…