Un día mientras caminaba a través de la selva un hombre se topó con un feroz tigre. Corrió pero pronto llegó al borde de un acantilado. Desesperado por salvarse, bajó por una parra y quedó colgando sobre el fatal precipicio. Mientras el estaba ahí colgado, dos ratones aparecieron por un agujero en al acantilado y empezaron a roer la parra. De pronto, vio un racimo de frutillas en la parra. Las arrancó y se las llevó a la boca. ¡Estaban increíblemente deliciosas!

Debemos aprender a ver siempre la oportunidad en los momentos más difíciles y disfrutar hasta el último momento

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

You May Also Like

Abandonar la cólera

Un día, alguien preguntó a Jesús: “¡Oh, profeta! ¿Cuál es la cosa…

Una lección de vida

Hace ya un tiempo, un hombre castigó a su pequeña niña de…

El cuento de las arenas (sobre el cambio)

El cuento de las arenas nos presenta una historia de cambios. Un…

No cambies

Durante años fui un neurótico. Era un ser angustiado, deprimido y egoísta.…